ENERO

Queridos y queridas mecenas,

Este mail es la primera toma de contacto, así íntima, con vosotr@s. Le he estado dando muchas vueltas a la cabeza (una de mis aficiones) sobre qué deciros. Y ayer cenando con mi prima en un bar y dándole a la lengua (otra de mis aficiones) me aclaré.

He estado navegando por los mares del ciberespacio, con el motor apagado y dejándome llevar por los vientos. Partí de la región de Wikipedia, del cabo de Mecenazgo. Y con gran alegría he llegado al puerto de Extremoduro. “En 1989, el grupo Extremoduro financió su primer disco de este modo. (…) se nos ocurrió una locura que fue empezar a vender el disco antes de hacerle, ¿no?, pa’ sacar perras pa’ hacerle (…) Entonces, con eso sacamos 250.000 pesetas y con eso nos vinimos a Madrid a un estudio a grabarlo.” Voy por buen camino, me he dicho. Este domingo empieza bien. Pasar de “Aparte de la falencia o incertidumbre en cuanto a una definición, también surge el problema de que en la literatura científica de crowdsourcing existen actualmente más de 40 definiciones distintas del término” a “sacar perras pa’ hacerle” es un paso firme hacia la claridad.

En algún lugar impreciso del viaje pasé por “un grupo indefinido de personas”. Ese sois vosotr@s. No me gusta que os nombren así. El ciberocéano no da pistas sobre cómo hacerlo, y aunque estoy segura de que Extremoduro no llamó así a sus mecenas, no han dejado testimonio. La gran enciclopedia libre y colaborativa nos dice quién fue el primero, pero nada sobre cómo se dirigía Cayo Cilnio Mecenas, noble romano de origen etrusco, a sus patrocinados.

Así que os voy a hablar de vosotros. Y entre tod@s buscamos la manera. Sois 159 personas. Llamar indefinido a lo diverso me parece problemático. Incluso ofensivo. Mucha “sociedad líquida” pero yo a veces creo que más que líquida es diversa, y que eso lo llevamos mal. Así que aprovecho para reivindicar lo diverso como definido. Sois 159 personas diversas y definidas.

Os he contado manualmente para estar segura. Y cada vez que he llegado a cincuenta he levantado un dedo y he vuelto a empezar la cuenta. Así tres veces. Y luego del uno al nueve. 159 personas son las personas que caben en la Sala 2 del Cine Verdi, o bien las personas que hay en la Sala 1 del Cine Verdi cuando está medio llena. Una diversidad formidable. Desde las parejas que se ponen en la última fila y no tienen reparos en mostrar un gran desinterés por la película, hasta los que se han cogido el folleto para leerlo todo antes de empezar, pasando por lo que prefieren leerlo después, los que nada más terminar interrogan al de al lado ¿Te ha gustado?, los que aprovechan la oscuridad para dormir, la familia que la tarde de Navidad va a ver la película después de que haya quedado claro que la elección del filme es un consenso de mínimos, los que comen muchas palomitas, los que no soportan a los que comen palomitas, los que van solos, los que piensan yo nunca iría sol@ al cine, los que se ponen cerca porque se han dejado las gafas, los que piensan que el cine es el mejor lugar del planeta y los que sueñan en miles de lugares en los que preferirían estar.

A unos os conozco desde mucho antes de saber contar hasta 159, a muchos desde mucho después, con algunos estoy apenas empezando a descubriros, y a otros no os conozco. ¡A otros no os conozco! ¿Qué me pongo? ¿Qué escribo? ¿Y si no le gusta? ¿Y si es más de Arial?

Así que no se bien como va a ser esta relación, sólo que empieza. Igual que empieza este año. ¡Se acabó la Navidad! https://www.youtube.com/watch?v=EH8AukxeOmM

Durante mi navegación he observado que las páginas de las nuevas relaciones crowdfundenses, las de 2000 años después de Cayo Cilnio Mecenas, no tienen fotos. En cambio, en las de mecenazgo al estilo Cayo Cilnio Mecenas aparecen un montón de imágenes. La cartuja de Champmol, la Capella dei Magi, el papa Julio II (está muy triste), Hans Memling. Y aparecen los nombres de los donantes, de los que me quedo con Juliana Anikias, por ser mujer, y Felipe el Atrevido, por atreverse. Parece que lo contemporáneo se resiste a la concreción. Así que aquí van unas fotos. Como decían los de Extremoduro, he pedido dinero para hacer un documental “antes de hacerle, no?”, y es difícil enseñaros algo inacabado. Pero os mando fotos del “antes de hacerle”.

1_taula

Esta es la mesa, como veis tiene forma de barco.

2_estudi
Esta es mi forma de luchar contra el naufragio en el océano de documentación, entrevistas y archivos: alinear las cosas.

3_ordinador
Al ordenador también le gusta alinear las cosas.

4_llibreta
Esta es la libreta, es el lugar donde se van dibujando los mapas. Esta tarde me voy a comprar la libreta número 2.

Si os parece bien al próximo post le voy a llamar Febrero. A vosotros no se cómo os llamaré, lo vamos viendo. Y a ver hasta dónde llegamos. Me han preguntado alguna vez que cuando voy a acabar el documental. Por ahora hace tres meses que respondo “dentro de un año”. En todo caso, espero que lleguemos junt@s. Porque un documental como este sin vosotr@s no sería posible. Y no es un tópico. Es una exaltación de lo posible. Porque la revolución posible es la que ocurre, y eso ocurre cuando un grupo de grandes personas como vosotr@s cree que es posible.

Bueno mecen@s, espero que tengáis una lista de propósitos con pocos “tengo que” y muchos “imposibles posibles”.

Un abrazo,

joana

P.D. Que menos que dejaros el himno de amor y libertad de Extremoduro. Una de las canciones que más posibles ha cosechado. https://www.youtube.com/watch?v=RLfapyv35BM

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